El Pecado es como el queso - Animación

En esta ocasión les traigo una breve, entretenida y muy ilustrativa animación en video, acerca de cómo el pecado puede atrapar a aquel que se descuida.

En esta historia, el olor del queso llega hasta la madriguera del ratoncito, con su aparente exquisito aroma. El ratoncillo es atraído y seducido y abandona la seguridad de su guarida, hasta que finalmente llega hasta donde está el queso. Pero cuando está a punto de darle el primer mordisco, se da cuenta de que el queso es parte de una trampa de muerte. Pero el animalito se cree demasiado listo como para caer en ella. Así que arguye un "inteligente" plan para, según él, salirse con la suya: comerse el queso, sin quedar atrapado.

Bueno, vean por ustedes mismos el desenlace del video, para que sepan qué fue lo que le pasó al ratón. Podríamos aprender una gran lección:

EL PECADO ES COMO EL QUESO PARA EL RATÓN:

Con el pecado no se puede jugar. Al principio, casi ningún pecado parece desagradable, pues el diablo no nos los presenta tal y como es en realidad, sino que lo disfraza y maquilla como algo bueno, apetecible, agradable y deseable. Nunca pensemos que somos lo suficientemente listos como para darle solo una "probadita" al pecado, sin quedar atrapado en él.

DICE LA BIBLIA AL RESPECTO:

"...porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz." (2 Corintios 11:14) 

"Y vio la mujer (Eva) que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido (Adán), el cual comió así como ella." (Génesis 3:6).

"Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Amados hermanos míos, no erréis." (Santiago 1:12-16).