¿Qué es la crucifixión? ¿Cuánto tardaba en morir un crucificado? ¿Qué le sucedió a Jesús durante su crucifixión? ¿Cómo funcionaba el proceso fisiológico que llevaba hasta la muerte? ¿En qué consistía la tortura física y psicológica de la crucifixión? ¿Cuántas personas fueron ejecutadas de esa forma en la antigüedad? ¿Cuál era el propósito de este modo de ejecución? ¿Aún existe la crucifixión en el tiempo presente?
Estas y muchas otras interrogantes serán respondidas con lujo de detalle en este completo documental de la cadena de cable y televisión "History" (el antiguo "The History Channel").
La crucifixión era usualmente utilizada para exponer a la víctima a una muerte particularmente lenta, horrible, cruel y pública, utilizando todos los medios necesarios para su realización. El propósito era infundir terror para disuadir a la gente de cometer crímenes parecidos a aquel por el cual se condenó a esa persona.
Los métodos de la crucifixión variaban considerablemente con el lugar y época donde se efectuaban. Pero todos consistían básicamente en atar o clavar al condenado en una cruz de madera, o entre árboles, o en una pared, y dejarlo allí hasta su muerte. Por la práctica, los victimarios fueron "perfeccionando" sus métodos de crucifixión, de manera que sabían en qué posturas colocar a la persona crucificada, con el fin de que se aumentara el grado de sufrimiento y se prolongara el tiempo, antes de que la muerte le alcanzara.
Dado que nuestro Señor Jesucristo sufrió la horrenda muerte de cruz, vale la pena ver con detenimiento este documental que nos explica científicamente lo terrible que era este método de ejecución para cualquier ser humano. Si acaso hubiere alguna discrepancia entre esto y lo que las Sagradas Escrituras nos explican, bien sabemos que es la Biblia, y no la ciencia, la que tendrá siempre la última palabra. Aún así, este documental puede abrirnos los ojos para que visualicemos un poco todo lo que nuestro amado Señor sufrió por nosotros.
Nuestros pecados merecían y merecen un juicio, castigo y condena, pues Dios no tolera el pecado, ya que él es Santo. La maldad del ser humano hizo separación entre nosotros y Dios. Nadie puede ni podría jamás pagar ante Dios el precio para justificar ni recibir el perdón por sus pecados, porque todos somos culpables. Solo un completo inocente, puro y santo podría pagar dicha condena. Pero como ninguno de nosotros lo es, entonces no había otro destino para toda la raza humana que no fuera la condenación a la muerte eterna.
Pero Jesús vino a este mundo, Dios mismo encarnado como hombre, para salvarnos de esa condena, para morir en lugar nuestro y así pagar ante Dios, por todos nosotros, aquel precio que ninguno era capaz de pagar. Y fue el precio más alto y más caro de todo el universo: la vida del Hijo de Dios. Para nosotros es gratis, pero a él le costó su propia sangre.
Pero aunque ya Jesucristo pagó ese precio por nosotros para salvarnos de la muerte eterna, eso no quiere decir que por eso ya "automáticamente" toda la humanidad tiene entrada al cielo. No es así. Para recibir ese perdón y esa salvación eterna tú y yo tenemos que rendirnos a Dios, arrepentirnos y pedirle perdón por todos nuestros pecados, reconociendo que por nuestras obras jamás podríamos ganarnos el cielo. Si no lo has hecho antes, ábrele tu corazón a Jesús y reconócelo como el Hijo de Dios, como tu Señor y único Salvador. Él está esperando por ti. No tardes...
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